lunes, 23 de mayo de 2011

APROXIMACIONES al ANÁLISIS de un CUENTO:

Darío Obstfeld
“El desarrollo del yo consiste en un distanciamiento respecto del narcisismo primario y engendra una intensa aspiración a recobrarlo. Este distanciamiento acontece por medio del desplazamiento de la libido a un ideal del yo impuesto desde afuera; la satisfacción se obtiene mediante el cumplimiento de ese ideal.”
(S. Freud, 1914c, Introducción del narcisismo, pag 96)

1- Introducción:
La intención de este trabajo es ejemplificar un aspecto de la teoría de Chiozza de la evolución del narcisismo .
Eduardo y Cristián Nelson protagonizan una despiadada historia, aparentemente de celos y rivalidad, que se desencadena cuando Cristián, el mayor de los hermanos, lleva a vivir a la casa a Juliana.

2- El encierro narcisista como el intento de cubrir la carencia.

“Dicen que la historia fue referida por Eduardo, el menor de los Nelson, en el velorio de Cristián, el mayor, que falleció de muerte natural” (...)
“En Turdera, los llamaban los Nilsen. El párroco me dijo que (..) recordaba (..) haber visto en la casa de esa gente una gastada Biblia de tapas negras, con caracteres góticos, en las últimas páginas entrevió nombres y fechas manuscritas. Era el único libro que había en la casa. (...) El caserón, que ya no existe era de ladrillo sin revocar (...) pocos por lo demás, entraron ahí, los Nilsen defendían su soledad. En las habitaciones desmanteladas vivían en catres; sus lujos eran el caballo, el apero, la daga de hoja corta y el alcohol pendenciero. Sé que eran altos, de melena rojiza. Dinamarca o Irlanda, de las que nunca oirían hablar, andaban por la sangre de esos dos criollos. El barrio los temía a los colorados;(...). Hombro a hombro pelearon alguna vez a la policía. (...) Fueron troperos, cuarteadores, cuatreros y alguna vez tahúres; avaros, salvo cuando la bebida y el juego los volvían generosos. De sus deudos nada se sabe, ni de donde vinieron. (...) Físicamente diferían del compadraje (..). Esto, y lo que ignoramos, ayuda a comprender lo unidos que fueron. Malquistarse con uno era contar con dos enemigos.”

Sería fácil inferir que la particularidad de que fueran “diferentes” facilitaba el alejamiento y la unión de estos criollos; pero podemos pensar también que una característica que particularizaba a nuestros personajes era justamente la distancia que establecían con el compadraje, evitando el acercamiento, la mezcla; sosteniendo la ilusión de conservar de esa manera una identidad particular que los distinga y les permita sentirse formando parte de un grupo “superior” al que los rodeaba. Ese aparente orgullo, encubre el sentimiento de exclusión y desprecio; actitud que ellos, activamente, ejercían sobre el pueblo. Podríamos pensar, entonces, que Cristián y Eduardo vivían en una situación sustentada sobre una elección narcisista y endogámica de objeto a través de la cual lograban, mediante proyecciones cruzadas, depositar sobre el hermano el ideal narcisista .
Chiozza (1963f) señala que “la debilidad del yo condiciona la imposibilidad de renunciar al vínculo con lo ideal” y que, a su vez, este ideal, atrayéndolo de manera irresistible, impide el desplazamiento de la libido hacia los objetos externos que podrían calmar el dolor de la insatisfacción.
Sobre un suelo de paranoia, nuestros personajes parecerían necesitar apartarse de un mundo del que no se sentían parte y considerar que su única posibilidad para sobrevivir era el encierro endogámico en el cual mantenían la ilusión de no necesitar de nadie.
La soledad, la incomunicación, el aislamiento, el desinterés en los otros, la falta de participación en la comunidad serían la manifestaciones de una forma particular de narcisismo que esconde, en el fondo, una íntima traición del amor a sí mismo (Chiozza, 1983d).
La falta de conocimiento de sus orígenes, nos hablaría de la carencia de objetos de la historia personal con los cuales realizar identificaciones secundarias . Quedaban así librados a la suerte de sentirse expuestos a la fuerza del maná del Superyo precoz que resulta de las identificaciones primarias. (Chiozza, 1969e). Esto aparece representado en la gastada Biblia, símbolo de una ley de normas rígidas y recalcitrantes que parece aludir al Superyo tanático y cruel, primitivo, no atemperado por el pasaje por las identificaciones secundarias (Chiozza, 1969e). Se puede comprender entonces, a la luz del modelo descripto por Freud del delincuente por sentimiento de culpa (Chiozza, 1794a), que el desafiar a la policía, que debiene perseguidor externo, parecería ser menos peligroso y más tolerable que el perseguidor interno.
De acuerdo a lo que sostiene Chiozza (1966b) estas fijaciones incestuosas, endogámicas tiene un carácter melancólico y se justifican en situaciones traumáticas tempranas. La pérdida de los objetos de la historia personal incrementaría la regresión a un tipo de vínculo simbiótico.

4- El intento de salida a través de la búsqueda de un objeto externo:

“Los Nilsen eran calaveras (..). No faltaron, pues, comentarios cuando Cristián llevó a vivir con él a Juliana Burgos . (..) Eduardo los acompañaba al principio. Después emprendió un viaje (...) (y) a su vuelta llevó una muchacha, que había levantado en el camino, (...) (que) a los pocos días la echó. Se hizo más hosco; se emborrachaba solo en el almacén y no se daba con nadie. Estaba enamorado de la mujer de Cristián. El barrio, que tal vez lo supo antes que él, previó con alevosa alegría la rivalidad latente de los hermanos”

Juliana parece corresponder al intento de Cristián de salir del encierro narcisista a través de la relación con un objeto externo, exogámico. Una salida que los expone a los celos y la envidia y, en la medida que se hace ambivalentemente, parecería tener asegurado el fracaso ya que forzaría la regresión al vínculo simbiótico fraterno.
Si tomáramos por un instante a “Los Nilsen” como un “bloque indivisible”, uno de ellos parecería representaría el deseo de salida a la exogamia y el otro, el dolor por la ruptura de la unión. Podríamos pensar que esto es una representación ampliada de lo que ocurre entre el yo del sujeto y su ideal cuando el objeto externo se interpone. Esta situación es, según creo, lo que le da el carácter de universalidad al cuento.
Juliana aparece como un objeto invasor que amenaza la unión fraterna y rompe la coraza narcisista. Para ellos, tolerarla implica una renuncia dolorosa. En esta situación se sentían tironeados, entre la importancia que tenia el objeto externo y la importancia que tenía uno para el otro.
Por otro lado los celos que sufre Eduardo los podemos comprender a la luz de las ideas de Chiozza, (1966b) como sentimientos que encubren la envidia que siente frente a la fantasía que su hermano experimenta una completud de la que él carece. Sentimientos que antes, mientras los hermanos “eran uno”, eran sufridos por el barrio entero.

5- El representante de la carencia se vuelve perseguidor:

“Una noche, la volver tarde de la esquina, Eduardo vio el oscuro de Cristián atado al palenque. (..) estaba esperándo.(..) (y) le dijo: (..)
- Yo me voy a una farra en lo de Farías. Ahí la tenés a la Juliana: si la querés usala. (...)”
“Desde aquella noche la compartieron. (...) El arreglo anduvo bien por unas semanas, pero no podía durar.”
“Entre ellos, los hermanos no pronunciaban el nombre de Juliana, ni siquiera para llamarla, pero buscaban, y encontraban, razones para no estar de acuerdo. (..) pero lo que discutían era otra cosa. (...) Sin saberlo estaban celándose. En el duro suburbio, un hombre no decía, ni se decía, que una mujer pudiera importarle, mas allá del deseo y la posesión, pero los dos estaban enamorados. Esto, de algún modo, los humillaba”.

Podemos pensar que el compartir a la mujer contenía la intensión, ilusoria, de evitar los celos y la rivalidad; pero implicaba un retroceso en la posibilidad de salida del narcisismo. Habla de la debilidad de Cristián para sostener el vínculo exogámico; situación que estimula la añoranza de la unión narcisista que tenía con Eduardo.
En la medida que la comparten, los mismos sentimientos que tenía Eduardo por la relación de Cristián con Juliana, pasan a ser vividos por Cristián y los celos y la rivalidad se instalan nuevamente en la cupla fraterna. El sentimiento de carencia que habían querido evitar, vuelve a aparecer bajo la forma de humillación por el enamoramiento.
Recurrieron entonces a otra “solución” que contiene el mismo carácter paranoide de reacción: venderla a un prostíbulo. Una salida donde el perseguidor, encarnado en Juliana, les permitía proyectar la culpa y la agresión sobre el mundo externo.

“El trato ya estaba hecho”(...) “... los Nilsen (...) quisieron reanudar su antigua vida de hombres entre hombres. (...) Acaso, alguna vez, se creyeron salvados, pero solían incurrir cada cual por su lado, en injustificadas o harto justificadas ausencias. Poco antes de fin de año el menor dijo que tenía que hacer en la Capital. Cristián se fue a Morón; en el palenque de la casa que sabemos reconoció al overo de Eduardo. Entró; adentro estaba el otro, esperando turno. Parece que Cristián le dijo: - De seguir así, los vamos a cansar a los pingos. Mas vale que la tengamos a mano.”
“Volvieron a lo que ya se ha dicho. La infame solución había fracasado; los dos habían cedido a la tentación de hacer trampa.”
“Caín andaba por ahí; pero el cariño entre los Nilsen era muy grande - ¡quien sabe que rigores y que peligros habían compartido! - y prefirieron desahogar su exasperación con ajenos. Con un desconocido, con los perros, con la Juliana, que había traído la discordia.”

El equilibrio buscado entre relación de objeto y narcisismo era inestable, insuficiente, ya que la fuerza de los deseos los hacía oscilar ora en un sentido, ora en otro. Intentar quitarle importancia a Juliana, poniéndola mas lejos, era nuevamente una salida pobre y el hecho que ella otra vez esté en la casa aumenta la excitación y hace otra vez visible lo que se había querido ocultar: la debilidad manifestada en la dificultad de renunciar.

6- El fracaso en la salida a la exogamia y la ilusión de retorno.

Debían recurrir entonces a otro tipo de solución, mas drástica que la anterior, que permitiera la ilusión de solucionar definitivamente el conflicto.

“Un domingo (...) Eduardo (..) vio que Cristián uncía los bueyes. Cristián le dijo:
- Vení; tenemos que dejar unos cueros en lo del Pardo; ya los cargué; aprovechemos la fresca.”
“(...) Orillaron un pajonal; Cristián tiró el cigarro que había encendido y dijo sin apuro:
- A trabajar, hermano. Después nos ayudarán los caranchos. Hoy la maté. Que se quede aquí con sus pilchas. Ya no hará mas perjuicios.
Se abrazaron, casi llorando. Ahora los ataba otro vínculo: la mujer tristemente sacrificada y la obligación de olvidarla.”

Suponemos que esta salida reintroduce la melancolía de una pérdida de objeto temprana y nos da otra cara de una problemática compleja ya que ahora la unión entre ellos era mas fuerte, el motivo para “no salir” aumentaba, y con ello aumentaba también la frustración.
Tanto es así que el cuento comienza mostrándonos un desenlace trágico de este vínculo fraterno: la muerte de Cristián. Una muerte que parece simbolizar un intento de salir del encierro que los aquejaba pero del que no podían prescindir.
Cabe preguntarnos: Por qué Eduardo cuenta la historia? Quizás es el intento, muerto el hermano, de salir del encierro, de conectarse con los objetos. Pero la intensa fijación narcisista nos habla que para él es difícil que pueda hacer una salida progresiva. Si esto es así, es dable pensar que la única posibilidad es que la libido se descargue en forma regresiva a través de una enfermedad somática, como el cáncer . Pero quién sabe. Solo el tiempo lo dirá.











BIBLIOGRAFÍA

- Borges, J. L. (1970) La intrusa. En “El informe de Brodie”. Emecé. Bs. As., 1996
- Chiozza, Luis (1963f) Cuando la envidia es esperanza. En Psicoanálisis de los trastornos hepáticos. CIMP, 1984.
- Chiozza, Luis (1966b) Enfermedad hepática y creación en el mito de Prometeo, en El significado del hígado en el mito de Prometeo, En “Psicoanálisis de los trastornos hepáticos”, CIMP, 1984.
- Chiozza, Luis (1969e) El contenido latente del horror al incesto y su relación con el cáncer. En “Ideas para una concepción psicoanalítica del cáncer”. Paidos, 1978.
- Chiozza, Luis (1974a) El incesto y la homosexualidad como diferentes desenlaces del narcisismo. En “Ideas para una concepción psicoanalítica del Cáncer”, Editorial paidos, Bs. As. , 1978.
- Chiozza, Luis (1983d) Narcisismo. En “Reflexiones sin consenso”. L. Chiozza. C. D., Bs. As. 1996.
- Chiozza, Luis (1986a) Un lunar inocente. En Por qué enfermamos?. Alianza Editorial. Bs. As, 1986
- Chiozza, Luis y col. (1995L) El significado inconciente específico del SIDA. En “Del afecto a la afección”, Alianza Editorial, Bs. As. , 1997.
- Freud, Sigmund (1914c) Introducción del narcisismo, en O. C. , Amorrortu Editores, Bs. As. ,1989.
- Freud, Sigmund (1922b) Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad. Amorrortu Editores. O. C., T. XVIII, Bs. As. ,1989.
- Moliner, María (1991) Diccionario de uso del Español. Editorial Gredos, Barcelona, 1991.

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